En este artículo “Alimentación y mente: Eres lo que comes” analizaremos la razón científica de frases que todos hemos escuchado. Y es que, es innegable que aquello que ingerimos tiene un impacto directo no sólo en nuestro aspecto físico, sino también en nuestra salud.
Pero ¿sabías que también tiene un impacto directo en nuestra salud mental y emocional y que la frase Eres lo que comes es cierta?
Tal y como decía Hipócrates: “Que tu alimento sea tu medicina y tu medicina tu alimento“.
¿Qué son los productos ultraprocesados?
Antes de continuar, vamos a dejar claro qué son los productos ultraprocesados.
Según Javier Sánchez Perona {Licenciado en ciencia y tecnología de los alimentos, Doctor en química e investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España (CSIC)}, los alimentos ultraprocesados son aquellos que cumplen con las siguientes características:
- Tienen un grado de procesamiento industrial elevado.
- No se puede distinguir en ellos la materia prima. Es decir, son nuevos alimentos entendidos en sí mismos.
- Tienen contenidos elevados en ácidos grasos saturados, azúcares o sal.
- Contienen ingredientes que no son habituales en las cocinas domésticas y, particularmente, aditivos que se añaden para enmascarar defectos o hacerlos más atractivos. A modo de ejemplo, espesantes, aglutinantes, aromas, colorantes o potenciadores del sabor.
Partiendo de lo anterior, analizaremos, a través de tres estudios científicos, cómo se puede relacionar la alimentación con nuestro estado de salud mental y emocional y por qué podemos decir que alimentación y mente van unidas y que Eres lo que comes.
1. Estudio de la Universidad Atlántica de Florida
La Facultad de Medicina Schmidt de la Universidad Atlántica de Florida (EEUU) ha publicado recientemente (28/07/2022) un estudio en el que midieron la depresión leve y la cantidad de días con ansiedad en un total de 10.359 personas adultas.
Los resultados demostraron que las personas que incluían en su dieta una mayor ingesta de frutas, verduras, pescados azules y cereales integrales, sin azucares añadidos, presentaban un menor riesgo de depresión.
2. Estudio de la Universidad de Columbia
Es importante recordar que ya en 1999 el profesor Michael Gershon, de la Universidad de Columbia (Nueva York), publicó un ensayo, tras haber estudiado durante 30 años el sistema nervioso entérico, en el que explicaba que las paredes de nuestro tubo intestinal están recubiertas por capas de unos 100 millones de neuronas.
En ese mismo estudio, se manifestó que, si bien esta red neuronal no elabora pensamientos, si influía en nuestro estado de ánimo, nuestro carácter e incluso en el sueño.
Lo anterior, en mi opinión, fortalece y soporta el dicho de “Eres lo que comes” dando una clara importancia a cómo influye la alimentación, no sólo en el físico, si no también la mente.
En definitiva, este “segundo cerebro”, funciona en conexión con nuestro cerebro superior ya que las neuronas que se encuentran en nuestro tubo digestivo tienen el mismo lenguaje y producen los mismos neurotransmisores que las que podemos encontrar en el sistema nervioso central (nuestro cerebro superior).
Es más, el 90% de la serotonina (neurotransmisor conocido también como la hormona de la felicidad y el bienestar) se encuentra en el intestino.
En palabras de Gershon: “El sistema nervioso entérico le habla al cerebro y éste, le responde. El intestino puede afectar al humor y la estimulación del nervio principal que conecta al cerebro con el intestino (el nervio vago) puede ayudar a aliviar la depresión.”.
3. Estudio publicado por la British Medical Journal (BMJ)
Sabemos que a nivel físico son muchos los problemas que puede ocasionarnos una dieta con alto consumo de productos ultraprocesados (diabetes, obesidad, colesterol, etc.).
Pues bien, ahora también se ha demostrado la alta correlación del consumo de estos productos ultraprocesados con las enfermedades inflamatorias intestinales. Y es que esto nos recuerda algo muy relevante teniendo en cuenta ése “segundo cerebro” y es que, una vez más, “Alimentación y mente: Eres lo que comes”.
En efecto, en un estudio publicado por “The bmj”, en el que han participado médicos de todo el mundo, se investigó la interrelación entre llevar una alimentación rica en ultraprocesados y el riesgo de contraer una enfermedad intestinal inflamatoria. Debemos recordar que este es el nombre genérico utilizado para definir algunas patologías muy extendidas como la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn.
Alcance del estudio
Volviendo al estudio sobre la relación entre este tipo de alimentos y las enfermedades intestinales inflamatorias, debemos señalar que en el mismo se analizaron los hábitos de alimentación:
- De más de 116.000 adultos voluntarios de entre 35 y 70 años de 21 países, tanto del primer mundo, como de países en vías de desarrollo.
- Se fue analizando a los participantes, al menos, una vez cada 3 años (2003-2016).
Pues bien, en este periodo 467 participantes desarrollaron algún tipo de enfermedad intestinal inflamatoria.
Así, cuando se comparó el tipo de alimentación que habían llevado los individuos que consumían más productos ultraprocesados, frente a los que tenían una alimentación más rica en productos naturales o poco elaborados (frutas, verduras, grasas naturales, cereales integrales, etc.), encontraron los siguientes resultados:
- Los que consumían 5 o más porciones de productos ultracongelados al día, tenían un 82% más de riego de contraer una enfermedad intestinal inflamatoria.
- Los que consumían de 1 a 4 porciones de productos ultracongelados al día, tenían un 67% más de riego de contraer una enfermedad intestinal inflamatoria.
Nota: Todo ello en comparación con quienes se alimentaban, principalmente, con productos naturales o poco elaborados.
La conclusión que se obtuvo de dicho estudio fue que el tipo de dieta que seguimos tiene una influencia importante en la microbiota intestinal (millones de bacterias que interactúan en nuestro organismo y que modifican la respuesta de nuestro sistema inmune).
En definitiva: alimentación y mente van unidas de la mano por lo que no debes olvidar que eres lo que comes.
Por ello, según palabras del Doctor Neeraj Narula (Universidad Hamilton. Canadá y primer autor del citado estudio): “La alimentación juega un papel importante en la enfermedad inflamatoria intestinal”.
¿Qué conclusión podemos extraer de estos estudios?
En primer lugar, debemos tener en cuenta que la psiquiatría, desde hace años, viene refiriéndose a la depresión como la enfermedad inflamatoria del cerebro.
Adicionalmente a lo anterior, y recordando esa gran red neuronal que se encuentra en las paredes de nuestro tubo digestivo y que el 90% de la serotonina que llega a nuestro cerebro (recuerda que es la llamada hormona de la felicidad) se absorbe en el aparato intestinal, debemos tener en cuenta que si mi aparato intestinal está dañado porque la microbiota o microorganismos que lo habitan están desequilibrados, no me llegará esa serotonina al cerebro, lo que se traduce en estados emocionales bajos (tristeza, apatía, falta de atención, etc.).
En definitiva, podemos afirmar que la dieta antiinflamatoria (rica en alimentos naturales, vegetales, frutas y verduras, pescado azul, huevos, setas, aceite de oliva virgen extra, chocolate negro de más del 75%, café, algas y especias como el jengibre, la cúrcuma y la canela) nos puede aportar innumerables beneficios no sólo a nivel físico, sino también a nivel de salud y bienestar mental.
Nota: Si quieres probar una receta rica, rápida y fácil de hacer no olvides leer este post.
Por este motivo es tan importante entender que mente y cuerpo son uno, que la alimentación y la mente van unidas y que eres lo que comes y que, ahora sí, podemos decir que está científicamente demostrado.